Desde el llamado estallido social del 18-O del 2019, se pueden identificar tensiones muy profundas, asociadas a la vulneración de las libertades políticas y los derechos humanos. Se notan grandes desafíos frente a la forma de la redacción de una nueva constitución y cómo se presentan oportunidades en el contexto de incorporar elementos de mayor equidad y justicia social asociadas al proceso constituyente en el sentido de que las personas tengan la posibilidad de mejorar las condiciones y la calidad de vida, elementos que han sido parte de las consignas en el contexto del despertar social de la ciudadanía en Chile. Aún perduran muchas dificultades, aún hay un sector de la oligarquía que no quiere perder sus privilegios y justifica muchos contextos sociales de Injusticia y esto implica realizar un ejercicio de deliberación y selección de contenidos constitucionales, en un proceso grupal, sobre todo opinando como se ha hecho en los cabildos que surgieron después del 18-0, y exigir libertades. Urge resolver problemas que persisten, respecto a los atropellos de los derechos humanos que siguen perpetrando los agentes del Estado.
Autor: Christian Rodrigo Paredes Muñoz