El proceso migratorio es un proceso de descentramiento y desgarro de los universos locales, como una cuestión que debe ser pensada en sus distintas dimensiones y desde nuevos lugares de reflexión, ya que enfrentamos inevitables tensiones y renovadas brechas entre cultura, política y economía, que podemos llamar las zonas por explorar. Migrar constituye un movimiento que simultáneamente desterritorializa y relocaliza la propia experiencia entre un pasado que ya no es y un futuro que aún no es, reinaugurando el lugar desde el cual es posible pensar la propia vida y la convivencia, conforme a las formas que puede adquirir el arraigo. De este modo, parte de la discusión migratoria es sobre una mutación de la cultura en tierra extraña y en los desafíos de mejoramiento de la democracia y la capacidad para relacionarnos con las diferencias, lo que se expresa territorialmente. En esta presentación, con un énfasis antropológico, se reflexiona sobre algunos escenarios migratorios críticos y estigmatizadores sobre población no fronteriza, especialmente haitiana y afrodescendiente, con énfasis en lo relativo a la vivienda y la construcción de territorios con fuerte etnicidad, la segregación socioterritorial y la falta de lugares de encuentro comunes de la sociedad chilena, que permiten acercarse a la asimetría estructural, la idea del gueto, la no integración y prejuicios interseccionales, propios de la experiencia de residir en Chile y la alteración de la propia noción del sí mismo y la identidad nacional, dentro de una disputa y problematización entre cuestiones morales y materiales (Proyecto Fondecyt 1200082).

Autor: Dr. Juan Carlos Rodríguez Torrent (Universidad de Valparaíso)     Correo electrónico: juancarlosrodriguezt@yahoo.com