En marzo de 2019, el Rey Harald V de Noruega visitó el extremo sur de la Patagonia chilena, en las cercanías del Estrecho de Magallanes, invitado por el Estado chileno, en el marco de la promoción de las relaciones comerciales entre Noruega y Chile que tienen a la salmonicultura como máximo vínculo. Las salmoneras noruegas, entre ellas Nova Austral, están hoy día altamente cuestionadas por su impacto ambiental en los canales patagónicos, que constituyen ecosistemas frágiles y de alta calidad ambiental, pero también por sus políticas productivas, como la alteración de informes sobre la mortandad de salmones. Grupos ambientalistas e indígenas rechazaron la presencia del monarca, protestando contra él en la plaza principal de la ciudad de Punta Arenas. Entre los grupos indígenas que protestaron estaban los kawésqar, reconocidos como un pueblo canoero que ha habitado ancestralmente desde el Golfo de Penas por el norte hasta el Estrecho de Magallanes por el sur, y que fue dramáticamente afectado por la colonización y transformación económica de la Patagonia en el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Desde el 2018, la lucha de la kawésqar por la defensa de su territorio y mar ancestral en la Patagonia austral se profundizó. Parte de las comunidades kawésqar invocó la declaración de un Espacio Costero Marino Protegido para Pueblos Originarios (o Ley Lafkenche, originalmente diseñado para los mapuche costeros que tienen otra ecología cultural), lo que significó la paralización inmediata del 80% de la inversión salmonera en la zona por encontrarse emplazada en su mar patrimonial. Al mismo tiempo, lograron que el Estado chileno los incluyera en el manejo del Parque Nacional Kawésqar, y prendieron las luces de alerta sobre la presencia de las salmoneras y otras actividades industriales en las aguas de las áreas silvestres protegidas.

Autor: Hugo Romero Toledo (Instituto Estudios Antropológicos-Universidad Austral de Chile)  Correo electrónico: hugo.romero@uach.cl