Desde fines del siglo XX comienzan a tomar forma entre los organismos internacionales de conservación las Áreas de Conservación Comunitaria e Indígena (ICCAs), como parte de un movimiento internacional de pueblos indígenas en general y nómadas en particular. En dicho proceso convergen la búsqueda de protección de sus territorios y modos de vida, como también la crítica a los modelos tradicionales de conservación. Impulsada también por ONGs y OINGs conservacionistas, la figura de ICCAs (TICCAs, en América Latina, al incorporar Territorio en el acrónimo) cuenta actualmente con el reconocimiento de organismos internacionales como UICN y CBD, y un registro internacional que tiene como una de sus particularidades el ser independiente de los Estados nacionales, pero contar con soporte por parte de Naciones Unidas. Por sus características, cabe entender el despliegue de la figura de ICCA como un proceso de patrimonialización biocultural.
En España se desarrollado un proceso pionero en este sentido, existiendo a la fecha seis ICCAs registradas. La presente comunicación -basada en la investigación doctoral del autor- da cuenta de ciertas luces y sombras de este proceso, que tiene como una de sus virtudes al tiempo que uno de sus principales desafíos, una alta implicación de las propias comunidades.

Autor: Francisco Antonio Godoy Sepúlveda (Universidad Autónoma de Barcelona)     Correo electrónico: fagodoys@gmail.com