Las políticas estatales en materia de conservación en Chile son insuficientes a la hora de abordar propuestas de desarrollo alternativas a los modelos extractivos mineros instalados en zonas de alta complejidad ambiental. Las figuras de conservación declaradas se vuelven funcionales y medidas de parche para justificar la indiscriminada afectación a los ecosistemas. Las comunidades rurales del semiárido, propietarias y empobrecidas bajo la figura de “comunidades de tierra”, están en permanente contradicción al ver alteradas sus formas de vida y la escasa intervención del Estado en materia de planificación territorial.
Las posibilidades de desarrollo alternativo para dichas comunidades orientadas a la conservación y coexistencia con unas de las especies más amenazadas del continente como es el gato andino, se ven limitadas en esta zona altoandina. Las experiencias de estrategias de sociabilización en educación patrimonial y ambiental, pudiesen desanudar las contradicciones que impone el modelo económico en un contexto antropogénico.

Autora: Nanette Isabel Vergara Aguilera  Correo electrónico: nvergaraguilera@gmail.com