Históricamente, las narrativas maestras de construcción de la nación han considerado a Chile como un país sin población afrodescendiente. En los últimos años, tal negación ha dado paso a un reconocimiento parcial como consecuencia de la irrupción del movimiento afrochileno en la región de Arica y Parinacota, desde el año 2000 en adelante. Aunque este movimiento logró la aprobación de una ley que reconoce al pueblo tribal afrodescendiente chileno (Ley 21.151 de 2019), tal reconocimiento permanece limitado, principalmente, a los ámbitos cultural y educacional. Por otra parte, la población afrodescendiente migrante, que quedó excluida de la Ley 21.151, no solo está sometida a exclusiones racistas en la vida cotidiana, cruzadas por violencias de múltiple tipo, sino también en el trato con el Estado. En este contexto, la presente ponencia, producto de una etnografía multisituada y colaborativa, enfoca la emergencia de articulaciones político-organizativas entre organizaciones de mujeres afrodescendientes en Arica y en Santiago, las que, por primera vez, han comenzado a identificar ambas realidades como parte de una demanda común, entrelazando sus luchas en una común reivindicación afrodiaspórica.

Autores:  Claudia Parra Aravena (Lic. en Periodismo, U. de La Serena) – Isabel Araya Morales, Maestra en Antropología, U. Tarapacá) –  Lissien Salazar Órdenes (Lic. en Antropología, U. Academia de Humanismo Cristiano) – Pablo Mardones (Doctor en Antropología, U. de Tarapacá) – Ricardo Amigo Dürre, (Doctor en Ciencias Sociales, U. Chile) –  Yanina Ríos Quinteros, (Lic.en Antropología, Universidad de Tarapacá).

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