Resumen de Simposio
El extractivismo y el cambio climático develan los secretos de la montaña. Los delicados enjambres socioambientales que permitían la existencia humana y de las demás especies como la protección de las fuentes de agua y de la flora y fauna nativa son dañadas por la maquinaria pesada que acompaña la expansión capitalista (minería, monocultivos, obras públicas, centrales hidroeléctricas, turismo). Los habitantes históricos, invisibilizados por los estados nacionales, se ven progresivamente invadidos por flujos generados desde los valles y que profundizan la merma en la disponibilidad y acceso a los medios de vida que son estratégicos para su reproducción. Estas transformaciones fuerzan, al mismo tiempo, a especies no humanas a desplazarse: pumas, guanacos, zorros, cóndores y demás entran en nuevos vínculos de coexistencia con los ganados y rebaños domésticos. Las relaciones interespecie se tensionan al unísono con las prácticas productivas locales y con los esfuerzos destinados a la protección del medio. Al mismo tiempo, la montaña se convierte en magneto para nuevos habitantes y nuevas prácticas culturales: se multiplican los neocolonos, ecoaldeas, centros de promoción de vida espiritual, la introducción de cultivos ilegales. ¿De qué modo la reinvención de las montañas gravita sobre las poblaciones que la habitan? ¿Pueden estas poblaciones, habituadas a la incertidumbre, sortear los nuevos obstáculos? ¿Cuál es el papel que las montañas están llamadas a jugar en relación con los Estados nacionales y con las comunidades locales?.
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